Magdalenas por el Cauca en su nombre evoca los dos ríos más importantes de Colombia, ambos han recibido en sus aguas la historia adyacente de los lugares que recorren, como un eco el Río Magdalena nos ha susurrado a través de su aliado el río Cauca, juntos y con las voces de los rivereños nos hemos dejado llevar por su cauce, lo hemos oído en su lamento, hemos sido testigos de las quebradas que se extinguieron, de los peces muertos, de los cuerpos solitarios que se acunaron en su fondo, de los cuerpos que salieron a flote para no ocultar la vergüenza de una muerte violenta. No se trata de “poner a hablar un río” se trata de que humanamente lo aprendamos a escuchar.
La foto pertenece al 2 de noviembre de 2008, eran aproximadamente las 8 y 30 de la mañana, el puente de fondo es el antiguo puente Anacaro que comunicaba a las ciudades de Cartago y Ansermanuevo en el Valle del Cauca colombiano.
El periódico el Tiempo publicó al siguiente día un texto periodístico tanto en web como en físico firmado por Ivan Noguera:
https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4638929
REFERENTES:
La balsas se realizaron en comunidad y la primera Magdalena fue la señora Maria Isabel Espinosa habitante en ese entonces de la vereda Cauca en Cartago (Valle)
En la vereda Cauca en cartago los residentes cortaron y trajeron la guadua por el río. En la Fundación Guayabito a orillas del Cauca en cartago se construyeron las balsas. Las balsas terminadas. (8 metros por 4 metros) En la segunda balsa se construyó una cruz . La obra de los ojos abiertos, VLUU L110, M110 / Samsung L110, M110
En el año 2009 el realizador de cine Nicolás Rincón Gille invitó a Magdalenas por el Cauca a participar en el documental «Los Abrazos del río»
… desde entonces el río ha sido nuestro guía, nuestra más bella esperanza, es por ello que duele cuando se desconoce la voz que tiene, más cuando ya se entiende uno como hijo de sus aguas. Desconocer que los ríos hablan es de oídos sordos invalidados por el odio, es negar su cauce fúnebre, es negar las voces de las familias que siguen buscando a sus desaparecidos, es negar el relato que tiene aún para contarnos justo ahora que hemos sido río de gente entre las calles.
Magdalenas por el Cauca nació en la mente de Gabriel Posada hace más de cincuenta años a orillas del río Cauca de la mano de su padre, hipnotizado con el negro aletear de gallinazos en desfile, reflejando un narciso cadavérico sin voz y sin llanto, sacrificado al olvido.
La obra lleva implícito el nombre de María Magdalena configurando la piel y el grito de nuestras mujeres en un acto mediado inicialmente por mis recuerdos y creado a través de los recorridos, Entre agosto y octubre de 2008, caminando aproximadamente 70 kilómetros desde la vereda Beltrán, en el municipio de Marsella (Risaralda) hasta la vereda Cauca, en la ciudad de Cartago (Valle), escuchando y rayando una cartografía constante de hallazgos simbólicos, relatos míticos y fantasmales franqueados humildemente por sus habitantes en medio de meandros, olvidos y naufragios conspirados por la crueldad del hombre. Estos diálogos fueron el detonante para encontrar la textura, los soportes y el imaginario que se imprimió en la obra, exorcizando el llanto, dignificando la vida…
Este dolor de nuestra república simbolizada en la angustia ritual de María Magdalena, que llora sobre las aguas del río Cauca, lo llevamos a su punto más conmovedor cuando la Asociación de Familiares de Víctimas de Trujillo (AFAVIT) nos invitó a mostrarles nuestro trabajo y juntos realizamos y acompañamos su X Peregrinación, en abril del 2010, a veinte años de la curva más violenta de la masacre, donde por primera vez su peregrinación llegaba al río Cauca en busca de sus desaparecidos. Realizamos 7 obras y conocimos las verdaderas Magdalenas por el Cauca:
LA ESPERA
En el año 2012 Señal Colombia se interesó en nuestra obra y filmó el documental «Rastro Púrpura» bajo la dirección de Wilmer Soto, en el siguiente enlace se puede apreciar:
Que trabalho maravilhoso! Um grande abraço de Brasília, Brasil.